Me parece que la situación social que nos toca vivir, efectivamente, provocada por los poderos@s, es, sin embargo, producto del factor cultural humano que antepone el consumo a la prudencia y confunde felicidad con comodidad: Tod@s somos, cada cual en su medida, responsables de lo que hemos creado, y de cambiarlo con nuestras acciones.
Por eso apoyo la iniciativa de rechazar, dentro de límites viables, sus imposiciones ["(8) Centros comerciales; grandes almacenes; entretenimientos; tecnología innecesaria; modas; nuevos "escándalos informativos" (cortinas de humo)…"]. Pero… ¿Cómo vivir eligiendo siempre lo justo? Podemos dejar de beber CocaCola y de utilizar productos de empresas transnacionales, pero, ¿qué pasa con la electricidad para los hogares, la gasolina y los aceites para el coche? ¿Vamos a dejar de utilizarlos? ¿Y los medicamentos…?
Es factible dejar de ver la Tv., evitar leer los periódicos cuando tu capacidad de análisis no da para discernir lo mínimo, y buscar información en internet, sin embargo, tener ADSL en casa implica un gasto que no tod@s podemos permitirnos. Y los teléfonos móviles, fomentados por empresas que expulsan trabajador@s mientras nadan en beneficios ¿los desechamos?
Por otro lado, cuando intentas vivir con un sueldo mínimo (800€), es bastante difícil, por no decir imposible, salir adelante seleccionando productos de calidad, respetuosos con el medio ambiente y éticamente manufacturados:
Las marcas blancas son una opción, pero detrás puede haber empresas que están, estuvieron o estarán especulando (Kraft, Pepsi, Nestlé, Grupo Rumasa).
Comprar ropa barata (Zara, Stradivarius, Pull and Bear, Berska, Oysho), es un fastidio, porque se sabe que está producida en países del tercer mundo donde se explota al@s trabajadores; pero las marcas de "alto standing", además de ser privativas, también confeccionan la ropa a base de estafar a trabajadores sumergidos, como en Italia y demás países occidentales incluida España (En "Gomorra" está bien explicado).
Así que, salir del sistema es complicado, y manifiestamente duro sobrevivir con las condiciones que nos proporciona. Por lo menos, aunque no podamos elegir coherentemente porque no nos dejan o porque el acceso a productos ecológicos (de la huerta de al lado) y moralmente plausibles significaría un esfuerzo que supera nuestra posibilidades cotidianas; al menos, digo, NO LES DEMOS EL DINERO QUE NOS QUEDA (después de afrontar los gastos mínimamente indispensables: alquiler o hipoteca, manutención) PARA LLEGAR A FIN DE MES.
Yo, como la mayoría, en mis actuales circunstancias (¡ya tengo internet!), no me puedo permitir NO comprar en los "chinos" o en Decatlhon. Y NO pienso dar parte de mi sueldo a esas empresas especuladoras que se enriquecen, AUN más, vendiendo artículos con precio inflado, que justifican con las bondades adquiridas por "marca" y solera.
Una cosa es querer cambiar el sistema, con actitudes coherentes: informándose, alimentando el espíritu crítico para evitar en lo posible el engaño y la tergiversación en cuestiones trascendentales, tomar partido en política y sociedad, dar ejemplo con un consumo responsable, educar a tus hij@s en la sencillez y evitar en lo posible la influencia mediática y ajena de carácter tóxico; y otra muy distinta, es pretender vivir completamente aislado de influencias, sacando el dinero de los bancos para guardarlo bajo una losa, mediante el consumo austero de productos libres al completo de injusticias en su desarrollo: comer con lo que plantes; o adquiriendo bienes y mercancías manufacturadas que sepas CON CERTEZA que se han producido en condiciones de dignidad TOTALES.
Para eso, habría que vivir en comunidades naturistas, "altruistas" autosuficientes: Apartadas de la debacle industrial financiera y social, de toda tecnología moderna (quizá la paloma mensajera si sería honroso usarla), de cualquier influencia perniciosa para nuestr@s hij@s, de todo fruto de la civilización posindustrial actual. Y eso es casi (casi porque hay algun@ valiente por ahí que lo ha hecho) inviable, quimérico.
Seamos realistas, estamos donde estamos por lo que somos, y es necesario cambiar el sistema desde dentro, empezando por nuestro más intimo conflicto emocional/racional. Otra cosa sería una especie de suicidio relacional, nada práctico: El deseado cambio empieza por asumir, en primer término, nuestra escueta capacidad para salir adelante en las actuales circunstancias; luchar por mantenerse sano y activo intelectualmente. Para después, como continuo, implicarse en la educación preventiva de nuestros hij@s y ejemplarizar con actitudes de respeto a los demás y a la naturaleza. Interesarse por cuestiones fundamentales que, desde la cultura, inviertan el sentido adulterado con el que hemos barnizado a la Vida.
5 comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo. No me parece ni justo, ni viable, ni muy efectivo el que pocas personas carguen con la responsabilidad de conseguir tanta información (que por otra parte a las transnacionales les resulta fácil de "enmascarar"), ni tener que hacer milagros ya no sólo para llegar a fin de mes sino para estar huyendo sól@ contra el mundo.
El Documento X, no pretende, a mi modo de entender, ganar fanátic@s adept@s con ese modo de vivir (que sin duda, como dices, la forma más apropiada para cumplir con ello es abandonarlo todo y cambiar completamente, algo reservado para poc@s valientes). Creo que lo que hace es dar sentido a nuestras preguntas y fomentar el espíritu crítico. Básicamente eso, para llamar la atención sobre unos valores que parece que ahora se ven mal, no son "modernos"; para que, en la medida de lo posible, tengamos un punto de vista crítico con nuestro consumo, pues a través del consumo reforzamos su poder.
Por mi parte, es fundamentalmente por lo que tú explicas tan bien, por lo que no me conformo con confiar en un cambio social, creo que el cambio político: que sean otr@s, los garantes del respeto a todo eso que queremos que se respete y que a veces damos por hecho que es así. Si no se permitiesen leyes que fomentasen el fraude, que no se quedaran en papel mojado... tod@s haríamos ese consumo más responsable de hecho.
Un saludo.
Eso, el poder de la conciencia: Lo único que puede llegar a enseñarnos el camino adecuado; antes que cualquier ley.
Me distraje escribiendo y quedó sin mucho sentido el último párrafo... el cambio social es el más importante, sin duda, pero creo que es el más lento y costoso también. Lo que quería decir es que yo sí creo en la posibilidad de regular conforme a esa conciencia.
Sé que las personas no cambian de golpe por el cambio de una ley, pero también sé que suelen ser las leyes las que van rezagadas respecto a los cambios sociales.
Creo que todo es compatible y que ningún aspecto ha de relegarse, tenemos que tirar tod@s, desde todos los ámbitos y con un mismo objetivo, tal y como si fuéramos un buen equipo. Por eso creo que las leyes han de cumplirse cuando sean justas y cuando no: cambiarlas.
Deseo ese cambio social, pero uno de sus resultados posibles podría ser unas leyes acordes con esa filosofía de fondo, y entonces me pregunto.. ¿tienen que ir todos los cambios al mismo ritmo? Yo creo que no, que realmente hay cosas más inmediatas de conseguir y no es que tenga prisa sin más, es que de ello depende ir poniéndole freno.. en fin, me estoy liando. Lo único en lo que quiero hacer hincapié es en tirar desde todos los ámbitos hacia un mismo objetivo, perseguir lo mismo sin creer que un aspecto sea más crucial que otro. Mantener el equilibrio entre lo político, lo económico y lo social (un cambio en uno de ellos olvidándose del resto no conseguirá nada).
¿Y no piensas que lo inmediato es hacer un esfuerzo, entonces, para cambiar o mejorar leyes que influyan positivamente, estructuren y consoliden le Educación (fundamentalmente para los niños, pero también para l@s "adult@s"?
Es un derecho fundamental; pero sobre todo el requisito primordial e insustituible para que las nuevas generaciones se desarrollen arropadas por un sistema de valores que anteponga la diversidad, la igualdad, la empatía y la justicia como base fundamental (deseada y elegida por tod@s), de unas relaciones fraternales y horizontales, que generen la única forma de convivencia verdaderamenta viable para el ser humano: Libertad.
La educación es fundamental, sin duda, pero no diría yo que es lo inmediato. Hay que atenderlo pero no confiar en las generaciones futuras, pues mientras se cambia la educación nos venden sus productos... en fin, que lo inmediato sí sería las leyes que rigen la educación, pero volvemos a lo mismo, a que la mentalidad no cambia a golpe de ley.
Un enfoque holístico... lo dejo ya. Para mí lo inmediato ahora es pensar sobre las ideas que pululan por mi cabeza.
Un saludo!
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