Me inclino por la opción de NO politizar el 15-M. El movimiento es la expresión del sentir de la gente, y trasciende la política y la economía. Su empuje será efectivo sólo si se mantiene su pureza y su inercia: Much@s de los que compartimos su filosofía, entendemos que la jerarquía y el manejo del poder de las masas puede fácilmente corromper cualquier espíritu antes éticamente limpio. Nadie se salva de los tentáculos de la vanidad.
Por eso creo firmemente que la lucha política debe ser paralela y "aprendiz" de la guía de los pueblos y sus necesidades básicas, justas y cotidianas.
La formación de cualquier iniciativa o partido político debería adoptar como ideario lo que dimana de la esperanza y la voluntad popular; pero su lucha tiene que ir por caminos paralelos y de sentido idéntico: caminos que con perspectiva de futuro convergen en el horizonte final.
Por eso me parece apropiado la unión de las fuerzas progresistas ya existentes y la formación de grupos aglutinadores de tendencias (como están haciendo los ecologistas). Tendencias políticas, sociales y culturales que deberían confluir en una acción común que reivindique, movilice y plasme mediante la acción, los designios de la voluntad del pueblo.
Cualquier opción que naciera de la honestidad demostrada, de la apertura ideológica, de la profesionalidad ética y del compromiso avalado por el trabajo cotidiano, convocaría, creo, el voto ciudadano mayoritario. El voto de los que integramos activa o conceptualmente las personas que nos sentimos representadas por el 15-M.
1 comentario:
Es un momento muy delicado para diseñar el futuro social que deseamos.
Lo que ya tenemos encima es la mercantilización creciente, que pretende ser total; la deshumanización, donde sólo el dinero tiene poder.
Si no se produce la confluencia de todos los que nos oponemos a ello (como señalas), la esclavitud será nuestro nuevo estatus.
Espero que impidamos ésto último.
Un saludo.
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