jueves, 19 de diciembre de 2013

¡No haberlo puesto!

Con esta frase de la película El día de la bestia de Alex de la Iglesia, quiero resumir toda aquella actitud común de las personas que nos quejamos de lo que nos sucede, a pesar de que ya se nos venía avisando.

«¡Haber estudiao!» me decían cuando no encontraba modo de aprobar, o más adelante al buscar trabajo y no encontrar por falta de preparación: Nos damos cuenta de lo importante que es la educación y la cultura, por el simple hecho de que nos ayuda a saber cuando nos quieren dar «gato por liebre».

El artículo del otro día —Los extremos— lleva una ironía y una paradoja implícitas:

Tienes el derecho de no hacer nada, de no movilizarte, de volver la cabeza, de no mirar, de racionalizar lo que ves y oyes para que no te afecte, en fin, de que te importe una mierda lo que está pasando en esta sociedad corrupta nuestra (la española) y en las del resto del planeta…

Pero el día que te toque pasarlo mal porque ya no te quede ni un derecho al que acogerte para que te dejen de humillar, esclavizar o defenestrar de la vida digna que toda persona merece…

¡No te quejes! 


¡No haberlo puesto! (o dejado que lo pusieran) —con tu voto, con tu nihilismo, con tu apatía, con tu indiferencia, con tu indolencia, con tu pasotismo, con tu miedo...






martes, 17 de diciembre de 2013

LOS EXTREMOS

Creo que tengo parecidas ideas que las personas que se esfuerzan día a día de manera directa por los desfavorecidos (desahucios, despidos, adicciones, enfermedades, maltratos, etc.); ideas de cómo debería ser el mundo.

Pero no se le puede obligar a nadie a ser un héroe.

Cada un@ que haga lo que pueda: Hay quien ha decidido dedicar su vida al sacrificio de luchar por los demás de manera directa y lo ha convertido, no sólo en su forma de vida, sino en su "profesión".

No todo el mundo tiene el valor (o la inconsciencia necesaria) para ser  activista:

Nadie tiene derecho a pedir a los demás que sean como tú; a que vivan como tú crees; forzar a que actúen como tú haces… eso es algo injusto, y quizá intolerante:

No se puede despreciar el sentir de l@s que no se desenvuelven como tú en la lucha diaria… quizá sorprenda, pero de la persona menos "apta" se pueden esperar (esperanza) grandes cosas: Se puede luchar de muchas formas, no sólo en la vanguardia.

Se puede ser activ@  y no activista. Estar comprometid@ moralmente con ciertas ideas y no "vivir en ellas". Se puede al fin y al cabo aportar un granito de arena, que sea valioso.

LO IMPORTANTE ES CONVENCER, PREDICAR CON EL EJEMPLO, INCULCAR LA CONCIENCIA DE CAMBIO:

No se puede denostar a la gente que teme, a la que se equivoca aún sabiendo que es por miedo... ¿Quién sabe realmente quién estará a tu lado cuando más lo necesites?

No me gusta esa actitud, que roza lo autoritario, del que impone algo, aunque sea supuestamente beneficioso para los demás. [mea culpa también]

"Que tire la primera piedra…"

¿Todo lo que haces en tu vida cotidiana es bueno para el cambio? ¡Ole!
Sería bueno no juzgar tan inflexiblemente.

LOS EXTREMOS SE TOCAN.

miércoles, 30 de octubre de 2013

¡Más madera! (para guitarras)

Este tipo de opiniones y creencias no suelen ser bien recibidas.

Últimamente, haciendo un análisis retrospectivo de mi vida, he sido consciente de las cosas que quiero y puedo cambiar, de las ideas que en un pasado me parecían importantes y de los valores que ahora empiezan a tomar impulso en mi escala ética. Probablemente no consiga evolucionar en todo, pero por lo menos sé que por algún sitio he de empezar.

El consumo indiscriminado de productos fútiles o no necesarios para el mantenimiento sostenible de nuestras vidas, es una de las acciones que están provocando el deterioro de la Naturaleza y de las sociedades y países que utilizamos como vertederos de los deshechos de nuestra tecnología y de los avances económicos —ordenadores, móviles, alimentos, medicinas, etc. Artículos que todos y todas en gran medida «necesitamos usar», y que no es fácil conseguir fuera de los cauces establecidos del mercado.

Es fácil hablar, discutir, indignarse y opinar; pero bastante difícil cambiar de hábitos y filosofía de vida de una manera coherente, objetiva y sobre todo útil y real.

He dejado de comprar en Mercadona por fraude laboral y por especular con alimentos manufacturados en países donde los trabajadores son esclavos, por eso compro en tiendas de barrio; no como en McDonalds por servir comida no saludable y enriquecerse con ello; me he llevado mis pocos ahorrillos a Triodos que es un banco que invierte en actividades sostenibles, etc. En definitiva, intento no olvidarme de cuales son mis necesidades «auténticas» (profesionales, cotidianas y de ocio) para llevar una vida cómoda pero digna…

Pero siempre se me escapará algo, que después descubriré que ha sido producido con prácticas fraudulentas o inhumanas. La cosa se complica: no se puede medir milimétricamente cada decisión que tomas. O te vas al campo a vivir en un monte perdido y vives de lo que cultivas y pescas (¿? Hoy en día creo que ya no se podría) renunciando a casi todo lo que conoces, o te vuelves chaveta inspeccionando la procedencia de cada artículo que consumes: Es inevitable caer en las redes de la globalización y el fraude de manera total, según está estructurado el sistema.

Pero sí se puede mejorar tu habito consumista, ser comedido, práctico y comprar de manera consecuente y ajustada a las necesidades reales de cada momento.

En lo que a mi me toca como guitarrista: No coleccionar utensilios (pedales, guitarras, amplificadores… pegatinas, bolsas).

Adquirir lo necesario para ejercer mi profesión en cada momento, sin hacer acopio de material para «estar preparado por si me llaman». Ser consciente y enfrentarme a la droga del consumo banal por modas o tendencias, caprichos o habladurías. Si me tengo que agenciar un modelo determinado de guitarra para una grabación puntual, la puedo pedir prestada a un compañero o compañera (somos solidarios, ¿no?), y si me sigue saliendo trabajo de ese tipo (hoy en día, seamos realistas, es mucho más difícil, hay poco trabajo y mucha competencia), ya valoraré razonablemente comprar una.

Como decía el padre de un compañero, de manera simbólica claro:«¡¡Para qué quieres tantas guitarras muchacho. Mira Paco de Lucía como toca y sólo tiene una!!»

Es importante ser versátil, tener un abanico «apropiado» de instrumentos y equipo para desempeñar tu tarea. Pero no nos engañemos, la competencia que existe no la superaremos teniendo mucho equipo, sino tocando bien.


El sonido está en tus manos.


Todos y todas sabemos que se construyen instrumentos con maderas preciosas como el palo rosa, el ébano, la caoba, el pino milenario, etc.


¡Quizá ya tenemos uno, pero para qué más, si se pueden conseguir buenísimos instrumentos de madera sostenible! ¡Para que queremos siete guitarras parecidas!

Seamos conscientes y valientes para reconocer a los culpables de como va el mundo y las sociedades que en el habitan. No es solo responsabilidad de los políticos y del mercado financiero; es también, en gran medida, nuestra. Es causa de nuestros actos y es nuestro deber reconocerlo y poner manos a la obra en el cambio que empieza por mirar con objetividad nuestro ombligo.

En este documental se habla del problema de la devastación de bosques irreemplazables para conseguir madera para guitarras. No estoy muy cómodo creyendo del todo que empresas como Fender, Gibson, Martin o Taylor se unan para cambiar las cosas, pero haré un esfuerzo de esperanza:




Y en este otro de la Tala ilegal de bosques para todo tipo de usos:

Peligro:Tala ilegal