Este tipo de opiniones y creencias no suelen ser bien recibidas.
Últimamente, haciendo un análisis retrospectivo de mi vida, he sido consciente de las cosas que quiero y puedo cambiar, de las ideas que en un pasado me parecían importantes y de los valores que ahora empiezan a tomar impulso en mi escala ética. Probablemente no consiga evolucionar en todo, pero por lo menos sé que por algún sitio he de empezar.
El consumo indiscriminado de productos fútiles o no necesarios para el mantenimiento sostenible de nuestras vidas, es una de las acciones que están provocando el deterioro de la Naturaleza y de las sociedades y países que utilizamos como vertederos de los deshechos de nuestra tecnología y de los avances económicos —ordenadores, móviles, alimentos, medicinas, etc. Artículos que todos y todas en gran medida «necesitamos usar», y que no es fácil conseguir fuera de los cauces establecidos del mercado.
Es fácil hablar, discutir, indignarse y opinar; pero bastante difícil cambiar de hábitos y filosofía de vida de una manera coherente, objetiva y sobre todo útil y real.
He dejado de comprar en Mercadona por fraude laboral y por especular con alimentos manufacturados en países donde los trabajadores son esclavos, por eso compro en tiendas de barrio; no como en McDonalds por servir comida no saludable y enriquecerse con ello; me he llevado mis pocos ahorrillos a Triodos que es un banco que invierte en actividades sostenibles, etc. En definitiva, intento no olvidarme de cuales son mis necesidades «auténticas» (profesionales, cotidianas y de ocio) para llevar una vida cómoda pero digna…
Pero siempre se me escapará algo, que después descubriré que ha sido producido con prácticas fraudulentas o inhumanas. La cosa se complica: no se puede medir milimétricamente cada decisión que tomas. O te vas al campo a vivir en un monte perdido y vives de lo que cultivas y pescas (¿? Hoy en día creo que ya no se podría) renunciando a casi todo lo que conoces, o te vuelves chaveta inspeccionando la procedencia de cada artículo que consumes: Es inevitable caer en las redes de la globalización y el fraude de manera total, según está estructurado el sistema.
Pero sí se puede mejorar tu habito consumista, ser comedido, práctico y comprar de manera consecuente y ajustada a las necesidades reales de cada momento.
En lo que a mi me toca como guitarrista: No coleccionar utensilios (pedales, guitarras, amplificadores… pegatinas, bolsas).
Adquirir lo necesario para ejercer mi profesión en cada momento, sin hacer acopio de material para «estar preparado por si me llaman». Ser consciente y enfrentarme a la droga del consumo banal por modas o tendencias, caprichos o habladurías. Si me tengo que agenciar un modelo determinado de guitarra para una grabación puntual, la puedo pedir prestada a un compañero o compañera (somos solidarios, ¿no?), y si me sigue saliendo trabajo de ese tipo (hoy en día, seamos realistas, es mucho más difícil, hay poco trabajo y mucha competencia), ya valoraré razonablemente comprar una.
Como decía el padre de un compañero, de manera simbólica claro:«¡¡Para qué quieres tantas guitarras muchacho. Mira Paco de Lucía como toca y sólo tiene una!!»
Es importante ser versátil, tener un abanico «apropiado» de instrumentos y equipo para desempeñar tu tarea. Pero no nos engañemos, la competencia que existe no la superaremos teniendo mucho equipo, sino tocando bien.
El sonido está en tus manos.
Todos y todas sabemos que se construyen instrumentos con maderas preciosas como el palo rosa, el ébano, la caoba, el pino milenario, etc.
¡Quizá ya tenemos uno, pero para qué más, si se pueden conseguir buenísimos instrumentos de madera sostenible! ¡Para que queremos siete guitarras parecidas!
Seamos conscientes y valientes para reconocer a los culpables de como va el mundo y las sociedades que en el habitan. No es solo responsabilidad de los políticos y del mercado financiero; es también, en gran medida, nuestra. Es causa de nuestros actos y es nuestro deber reconocerlo y poner manos a la obra en el cambio que empieza por mirar con objetividad nuestro ombligo.
En este documental se habla del problema de la devastación de bosques irreemplazables para conseguir madera para guitarras. No estoy muy cómodo creyendo del todo que empresas como Fender, Gibson, Martin o Taylor se unan para cambiar las cosas, pero haré un esfuerzo de esperanza:
En este documental se habla del problema de la devastación de bosques irreemplazables para conseguir madera para guitarras. No estoy muy cómodo creyendo del todo que empresas como Fender, Gibson, Martin o Taylor se unan para cambiar las cosas, pero haré un esfuerzo de esperanza: